Hay que tener presencia en el mercado que nos rodea y abrir los canales de comunicación, pero también hay que vivir el día a día del negocio para entender las emociones que nos provoca, y aprender a comunicarlas a nuestros interlocutores.
La imagen que damos depende directamente de nuestro "saber hacer" a la hora de socializar el negocio. Para conmover al público, hay que haberlo vivido.
Crear un producto nuevo ha de ser un proceso emocional que nos ayude a aprender y a extraer sentimientos. Un proceso que nos ayude a explicar al mundo porqué lo hemos creado y qué ganamos si lo utilizamos.
Steve Jobs dijo «Creemos que se puede cambiar el mundo actual, se puede hacer un mundo mucho más fácil, sencillo y precioso. Por eso creamos productos muy fáciles de usar, excelentemente diseñados y muy sencillos. Simplemente hacemos productos geniales que te cambiarán la vida.»
Él creía en un mundo de dispositivos revolucionarios con diseños elegantes que nos facilitarán la existencia... los fans de Apple también.
La genialidad y el diseño excelente de sus productos produce satisfacción al usuario y es perceptible incluso al hacer el unboxing de un dispositivo nuevo. El amigo Steve no creía en los manuales, por eso la sencillez es intrínseca al producto casi es innecesario explicar qué es ni como funciona.
Cuando comunicamos nuestras emociones de forma sincera se crea una conexión directa con las personas que piensan como nosotros.
Para traducir ésto al marketing digital y al proceso de venta, podemos preguntarnos ¿Cual es el producto o servicio que vendemos, y como ayuda a las personas que lo utilizarán? Ésta respuesta nos puede servir para empezar a escribir el texto de presentación de una página de inicio, del producto, del servicio o incluso de la organización.
Si no sabes qué estás buscando, es posible que encuentres otra cosa.
Presentar nuestro servicio de forma comprensible y con la máxima sinceridad, puede marcar la diferencia entre que nuestro cliente potencial nos encuentre a nosotros, o a la competencia. No solo por lo que "transmitimos" al visitante, también hay que considerar la importancia creciente del contenido semántico dentro de los algoritmos de posicionamiento en buscadores.
La "información" es el factor clave al que habremos de dedicar buena parte del tiempo si queremos que la calidad de la página sea la mejor posible.
Pero no es necesario inventarse nada, todo tiene una historia: un creador, una idea inicial y un punto de partida. Y a todos nos gustan las historias si causan emoción o polémica. Así pues, podemos explicar nuestra historia y mirar de conectar con el público.
Finalmente, ¿donde hemos de dejar constancia de todas éstas histories y sentimientos?
No olvidemos que la comunicación es el camino que une emisor-receptor, y que estamos en el siglo XXI. Ya no enviamos nuestro mensaje con el Pony Express! Tenemos muchos medios a nuestro alcance para darnos a conocer, tanto físicos y tradicionales como digitales en Internet y las redes sociales.
Tener una página web, crear un blog propio, grabar vídeos de Youtube, estar presentes y activos en las redes sociales como Twitter, Facebook, LinkedIn o Google+, son algunos de los pasos a seguir para hacernos visibles.
Seria recomendable tener al menos un dominio propio, correo electrónico corporativo, página web y perfiles sociales. Y si queréis mejorarlo aún más, añadimos las funcionalidades a las que podamos dedicar tiempo y esfuerzo, como por ejemplo un blog.
El siguiente paso: que nos escuchen.